Entrenador

Historial:
-Premio mejor entrenador español 2009.
-Premio mejor entrenador español revelación 2001.
-Entrenador de atletas de alto nivel (olímpicos, internacionales en todas las categorías,…).
-Premio ARC (Alt Rendiment Català) 2001, 2005, 2008, 2009.

Teléfono contacto: 653413570
E-mail: miguelescalonaexposito@gmail.com
https://twitter.com/JMiguelEscalona

domingo, 13 de septiembre de 2009

Vivencias, experiencias y sentimientos en el mundial de Berlín-2009

Inicio aquí lo que a partir de ahora quiero que sea un lugar donde queden recogidas mis opiniones sobre vivencias, experiencias y asuntos relacionados con la profesión de entrenador de atletismo. Sin otro interés que el de compartirlas con todo aquel que este interesado.

Esta temporada, al igual que ha ocurrido con otras anteriores, he vivido unas experiencias que seguro van a marcar mi vida profesional.

He participado como entrenador de la atleta Natalia Rodríguez Martínez y como oficial de equipo en el campeonato del mundo de Berlín. Me gustaría plasmar para todos los que quieran leerlas, las sensaciones que la vivencia ha significado para mi.

En este campeonato he vivido cosas de las que se ha hablado y se ha escrito en los medios de comunicación. Pero que no recogen lo que he sentí en primera persona en aquellos momentos y me gustaría recoger a continuación:

como cuando por ejemplo ves que tu atleta, a la que llevas preparando desde que era infantil, queda primera en un campeonato del mundo y el resultado es que no lo gana.
Como cuando desde la grada celebras desde lejos, desde los doscientos metros, la medalla segura y esperas que tu ateta reciba los aplausos y vítores, los que tu también esperas por tu trabajo con tu atleta, el atleta que gana, y por el contrario recibes silbidos y abucheos (piensas “me silban y me abuchean, a mi trabajo, a mi”).
Como cuando esperas que se haga todo lo posible desde el responsable de tu equipo para defender el resultado y acaba diciéndote por teléfono que aquello que hace un momento has visto en directo y por los videomarcadores del estadio no es lo mismo que él ha visto.
Como cuando al día siguiente aparecen declaraciones en los medios por parte de la misma persona proclamando la justicia de la descalificación de tu atleta; y como cuando al mismo tiempo de aparecer estas declaraciones se hacen otras en sentido contrario por parte del máximo responsable de tu federación y, con ello dándome la razón a lo que he visto y han visto cuantas personas hablas, ya sean del equipo, conocidas o desconocidas, por la calle o en la pista, periodistas o aficionados al atletismo. O recibes mensajes de sms, e-mail, recordando lo injusto de la decisión final de la descalificación.

O en aquel momento que estoy sólo en la grada esperando alguna llamada, alguna imagen en el videomarcador, alguna información de los espectadores. Esperando algún indicio que me diga que lo que allí está sucediendo en ese momento no es real, es un sueño, una pesadilla. Y cuando un tiempo después de finalizada la prueba vas a la pista de calentamiento y esperas a que salga tu atleta por el túnel que conduce de vuelta a los que han competido. Y en todos esos minutos que parecen horas sólo piensas en las palabras que dirás a tu atleta para animarla, para que no se hunda, para que no ocurra aquello que crees que estará pasando por su cabeza y esperas no oír jamás, para que no lo deje todo por lo que llevas luchando media vida de trabajo. Sigues esperando sólo, y no sale del dichoso túnel, y del que aunque hayan acabado todas las pruebas, la competición, en la puerta hay un juez que celosamente cumple con su trabajo y te va indicando a cada pregunta lo mismo, que no puedes entrar. Y luego ves por fin a alguien que “te suena” su cara y le dices que por favor haga una llamada utilizando sus contactos para localizar a tu atleta, y finalmente logra contactar con las personas que están con tu atleta y te dicen que está pasando el obligado control antidoping, el que desea todo atleta, el de la ganador, aunque la ganadora no hay ganado nada, y te pasa el teléfono y hablas con ellas y les preguntas por tu atleta, que como está, y terminas diciendo que no le digan nada, que solo llamas para que, como estás esperando en el lugar que toca, no les dé por salir por otro lugar, y sigas esperando. Que cuando por fin ves salir a tu atleta, que no te vea ninguna señal del interminable llanto que no has sido capaz de dominar mientras la esperabas y que no te ha dejado hablar con las personas que te han llamado por teléfono. El mismo llanto que después de darle un palmadita y decirle “que tal”, acaba apoderándose otra vez de ti sin poder hacer nada para reprimirlo, además delante de tu atleta, la última persona que deseas que te vea en ese estado. Porqué la que debería estar así es ella, y en ese instante no piensas otra cosa que en lo contradictorio de tu reacción, pero no puedes parar.
Como cuando de vuelta al hotel con tu atleta, en el metro, ya no hay autobuses de la organización, es tarde, ha habido que responder a las obligaciones con los medios, con los aficionados. Los dos solos, sin parar de pensar que decir a la prensa que no afecte a tu atleta, que decir al atleta para que continué en el camino que llevas recorriendo durante años y que esperas seguir haciendo durante muchos más.
Como cuando llegas al hotel y te preguntas que hago ahora, y preguntas a tu atleta: “que quieres hacer, que quieres que haga yo por ti”.
Como cuando te preguntan al día siguiente ¿que tal, como te sientes después de lo de ayer?, y esperas que tu atleta no te note nada que le haga pensar en lo que paso ayer.
Como cuando a la vuelta, mientras esperas a que tu atleta acabe de atender los medios de información, a los aficionados para ir a coger el AVE que nos lleve a casa, y mientras me llaman a mi móvil porque el de tu atleta se ha quedado sin batería y de paso les das la tan meditada opinión.
Como cuando a la llegada a la estación de Tarragona, por fin en casa, te preguntan/afirman: su familia, aficionados, amigos, atletas: “Miguel no crees que la federación habría podido hacer algo más de lo que ha hecho, no crees que ha sido injusta la descalificación, ¿cuándo empuja Natalia a la otra, tu que viste?. Sé sincero Miguel” . Que esas mismas preguntas/afirmaciones te la repiten una y otra vez, constantemente durante los días posteriores, todavía hoy, y tu no abundas en explicaciones, eludes las preguntas, divagas pero que no se note con la sóla intención de darte tiempo y poder seguir reflexionando sobre lo ocurrido, sobre las consecuencias de las reflexiones.
Como cuando llevas algunos días reflexionando y llamas a tu atleta, en sus vacaciones, en tus vacaciones, para decirle lo que has visto, que estas con ella, que todo lo que vas a hacer y vas a decir lo haces en tu nombre si ella así lo quiere.
Como cuando ya ha quedado descartado cualquier nuevo intento de enderezar, de enmendar, de reparar algo con otra nueva competición porque primero te dicen (ya lo sabes por el jefe de equipo) que no quieren a tu atleta en Suiza, y piensas: “no, otra vez” y no acabas de creerte lo de que el público vuelve a no querer ver correr a tu atleta, no la quieren ver demostrar lo que vale, no la quieren ver ganar. Y acabas por preguntarte: pero que ha hecho mi atleta, o que he hecho yo, puede ser que hayamos hecho algo mal queriendo tanto ganarlo, quizás ha habido algo que el publico haya visto en la final, que todos hayan visto y que yo no haya visto, que mi atleta no haya visto o que no me diga, que no me diga nadie.
Como cuando te dicen que no es que el público suizo no quiera ver a tu atleta, sino que es el organizador el que no cuenta con ella, que lo que pasa es que tu atleta no da la talla, que no ha ganado una medalla, ni siquiera está entre las veinte mejores marcas de la temporada. Y terminas pensando: que si es verdad lo que ha ocurrido, lo que está ocurriendo, o incluso lo que va a ocurrir. Piensas que aquello para lo que has trabajo con tu atleta durante meses y años, aquel estado de forma que le recordabas continuamente a tu atleta a lo largo de la temporada y que la podía llevar a ganar el mundial, podía haber sido algo irreal, algo imaginado, soñado, y además por los dos (atleta y yo).
Como cuando una vez decidida la finalización de la temporada me llama por teléfono mi atleta y me dice: “Miguel seguimos trabajando que hay una carrera, que aunque no es un milquinientos, es un dos mil, pero da igual porque se trata de la reconciliación con Burka”. Entonces piensas, ahí está la solución a tantas vueltas a la cabeza: puede ser que lo que vio el jefe de equipo, aquel empujón que no vi yo, que me dicen que no vieron, su familia, periodistas, atletas, miembros del equipo, aficionados, amigos, desconocidos. Haya sido verdad, Natalia debe ir a correr, debe ir a pedir perdón a Burka, a la que tiró, a la que impidió llegar a la meta, a aquella cuyo empellón de Natalia impidió al público alemán ver ganar. Entonces yo como siempre que un atleta decide correr algo y ante la gran oportunidad de resolver el desagravio, de expiación; digo/decido: “como voy a oponerme a la reconciliación con Burka, la reconciliación con la atleta menuda, la favorita, la que hemos impedido ganar con el empujón de Natalia”. Se trata de una oportunidad única de reconciliación (con el público alemán, aquel al que hemos privado del deseo, de la certidumbre de ver ganar a su favorita. Reconciliación con el jefe de equipo que vio el empujón).
Como cuando esa misma tarde voy a la pista y recibo la llamada de mi atleta, la que empujo a Burka que llegará un poco más tarde de la hora de comienzo y la misma que poco más tarde, después de calentar me dice: ”Miguel, no puedo seguir,...”.
Como cuando después de dejar un tiempo para reflexionar decido hablar con el máximo responsable de la federación para cumplir con lo que creo es mi responsabilidad, como entrenador y como oficial de equipo, y decirle directamente aquello que a mi juicio se puede mejorar y corregir para campeonatos sucesivos” y te dice que está contigo, con tu visión de lo ocurrido, y que hubiera querido que tu atleta siguiera corriendo el resto de temporada.

Creo que lo que ocurrió en la pista y fuera de la pista son cosas diferentes. No entro en lo de lo afortunado o desafortunado de tal o cual maniobra táctica dentro de la carrera. Sino que describo, lo vivido, lo sentido en esos momentos, por mi y por mi atleta. El profundo sentimiento de soledad que tuvimos a pesar de ir dentro del equipo.
Mi intención no pasa por que nadie se sienta mal leyéndolo. Me ha parecido innecesario el tópico encabezamiento (su lectura puede dañar la sensibilidad del que lo lea), ni nada por el estilo. Ya sé que no tengo por que dar explicaciones tratándose de un blog personal y el que lo habré y lo lee lo hace voluntariamente.
Ni tampoco busco ningún tipo de beligerancia con nada ni con nadie, pues quiero que quede muy claro no tengo ninguna aspiración de tipo político, ni de ocupar ningún cargo, ni de desplazar a nadie, ni nada por el estilo. Más bien mi única aspiración pasa por el interés técnico, de entrenamiento, de competición.

Finalizo diciendo que todo lo vivido y todo lo sentido es algo que seguro me enriquecerá en el largo camino que me he trazado y que es el de ser conseguir ser mejor entrenador y mejor persona.

Espero seguir dándome a conocer. Hasta luego.

Miguel Escalona Expósito, en Tarragona el 13 de septiembre del 2009.

12 comentarios:

  1. Estimado Miguel, desde hace años soy admirador de Natalia, supongo que en su calidad y estilo algo tendras tu que ver tambien digo yo...noto que lo has pasado realmente malpero no te preocupes ya veras como al final reiremos...yo tambien pase unos dias bastante tontos,aunque al final me di cuenta que Natalia era la menos culpable de lo sucedido y me quede mas tranquilo,mira, si he esperado algunos años para ver a Natalia hacer algo grande( y lo he visto) tambien puedo esperar un "rato" mas para verla hacerlo de manera oficial, asi que te pediria que le transmitieras mi felicitacion por ser la campeona que es, al mismo tiempo que tambien te felicito a tí,espero que de nuevo y como tras el nacimiento de su hija, esto le vuelva a dar alas para las proximas competiciones,yo estoy seguro que asi será.

    Un saludo PINTER

    ResponderEliminar
  2. Miguel, se habla de "la soledad del corredor de fondo".

    En Berlín, nació "la soledad del entrenador de la campeona destronada".

    Un abrazo. Y a seguir.

    ResponderEliminar
  3. Hay que seguir, no se puede abandonar ni tú ni Natalia, no podeis tirar la toalla, habeis dejado demasiadas cosas y personas en el camino para ahora decidir que no seguis. Los tropiezos nos hacen mas fuertes y vosotros sois campeones del mundo y teneis que demostrarlo. Hay que seguir trabajando. Un beso

    ResponderEliminar
  4. Miguelito, me hubiera gustado "reencontrarte" en un momento más alegre para ti, pero de todas las maneras me ha hecho ilusión leerte.

    Mucho ánimo y no deseperes, seguramente en un futuro, esperemos que muy próximo, podáis resarciros los dos de los momentos vividos en Berlín.

    Un beso. Gloria

    ResponderEliminar
  5. Solo queria daros animos a ti y a Natalia,demostrará lo que vale en un futuro muy próximo.
    Ya de jovencito apuntabas maneras de buen entrenador,lo puedo decir de primera mano,espero recuerdes tus tiempos de monitor en Cercedilla.
    Un saludo y que todo te vaya muy bien

    ResponderEliminar
  6. Miguel, Soy Rosana Rovira, sé que te acuerdas de mi porqué nos vimos estas navidades en la Panadería de la calle Cañellas. Había pasado mucho tiempo sin vernos por lo menos 18 años. Uff. Buscando información sobre como va la trayectoria de Natalia este año vi tu blog, lo lei, y se me inundó la cara de lágrimas, de tristeza por ver en que situación tan mala os encontrasteis los dos. Pero déjame decirte como seguro muchos os han dicho que ánimo, que no tireis la toalla, que ese pequeño tropezón eso sólo para haceros más fuertes y coger un impulso en la dirección correcta, los dos soys campeones del mundo y teneis y debeis demostraselo al resto del mundo, sobre todo a aquellos que dudaron de vosotros y os dieron la espalda y os cerraron puertas. Demostrarles que sois los mejores y os mereceis que os pidan perdón por lo ocurrido. Ánimo y enviale mucha energía positiva a Natalia, que aunque no la conozco personalmente le tengo mucha admiración y respeto. Un abrazo desde EEUU. rosanarovira@hotmail.com

    ResponderEliminar
  7. Acabo de descubrir tu blog y, aunque ya ha pasado algo de tiempo, esto es lo que escribí en su día en mi blog:

    Impresionante demostración de fuerza la de Natalia Rodríguez en los 1500 del campeonato del mundo. La decisión de los jueces le ha arrebatado la medalla de oro, pero Natalia ha demostrado que es la mejor, sacando a todas las favoritas varios metros de ventaja después del frenazo que supuso el incidente con Burka.
    Burka sabía que Jamal le atacaría en la última curva e intentó evitarlo desplazándose en la calle 1 y dejando un hueco en la cuerda del estadio. No sospechaba que Natalia la pasaría con mucha más facilidad que la bahrainí, y cuando vió que la catalana se colaba por dentro abrió el brazo izquierdo para estorbale. En ese roce pudo pasar cualquier cosa (incluso que Natalia cayera contra la cámara que había en el césped), pero lo normal es que caiga quien va más justo de fuerzas y el más fuerte pueda aguantar el tipo. Natalia aguantó, recuperó el terreno perdido con Jamal y atacó en la recta de manera incontestable. Y todas sus rivales tuvieron que conformarse con verle la espalda.
    Después los jueces dictaron una sentencia injusta. Ningún equipo rival presentó una reclamación al respecto y dejaron a la campeona sin medalla. Hubiera sido bonito que sus rivales, pese a la decisión final, reconocieran su aplastante superioridad, pero no todos los que compiten son auténticos deportistas.
    ¡Enhorabuena Natalia!

    Luego tuve la suerte de conocerla personalmente en la milla urbana de Elche, donde mi hija participó como infantil, y comprobé que es mejor persona que atleta.
    También me alegré un montón cuando te dieron el premio de mejor entrenador, te lo mereces. Formáis un tándem fabuloso y espero con ansia el europeo y todo lo que venga después.
    Comprendo todo lo que has escrito porque yo, sin ser el entrenador, también lloré frente al televisor, pero ahora te repito lo que ya le dije a Natalia: eres el entrenador de la mejor corredora del mundo, disfrútalo porque de eso algo te toca a tí también.
    Un abrazo.

    josé maría

    ResponderEliminar
  8. Aunque la pista cubierta no es que me apasione (demasiadas curvas, parece que están corriendo en círculo todo el tiempo), también disfruté con Natalia. Creo que tiene un plus de velocidad que no se lo dan las piernas sino su cabeza.
    Enhorabuena a los dos y seguid trabajando a tope para el europeo de Barcelona.

    ResponderEliminar
  9. Vi el campeonato del mundo en Doha y disfrute como nunca con la carrera de Natalia. Me siento orgullosa de que tanto ella como tú (como entrenador) represneteis a mi ciudad. Ojalá hubiera seguido entrenando pero la temprana edad, poca experiencia y miedos no me dejaron continuar. Un brindis por vosotros dos (Miguel y Natalia)Un abrazo. Rosana

    ResponderEliminar
  10. Ha pasado tiempo desde el campeonato del mundo y estamos a las puertas del campeonato de Europa, yo soy de los que vio lo mismo que tu viste pero desde casa y después mil veces desde el ordenador y siempre veía lo mismo, Natalia campeona del mundo!

    Lo que también vi es otra vez la pésima actuación de la federación de atletismo española que arrastramos de muchos años incompetencia sin fin, donde una y otra vez que tiene que dar la cara por sus atletas se esconden como comadrejas y deja a los atletas y entrenadores con el culo al aire!
    Cuando la federación espera la medalla de un atleta y ese éxito se consigue, sacan pecho y se siente orgullosos, pero también nos gustaría ver como el atleta que alguna le quieren arrebatar un éxito conseguido en la pista se impongan como responsables federativos y actuarán a la altura que se espera y defiendan con el mismo coraje que los atletas demuestran en cada competición! Ojala que Odriozola y su equipo dimitieran de una vez y dejaran de hacer el ridículo. Si esto hubiera ocurrido con un equipo de USA, Francia, Gran Bretaña o Alemán esa medalla no se hubiera esfumado (estoy convencido), sino que se lo recuerden a Reyes Estévez el "gran amigo" de Odriozola.


    En fin...desde septiembre tengo el pase para el europeo de Bcn para ver a Natalia campeona de Europa, y como yo mucha gente más, estoy seguro que la experiencia ha hecho que seáis mucho más experimentados y fuertes si cabe. Ahora toca ir paso a paso y volver a demostrar que dentro y fuera de la pista sois unos campeones!!

    Ánimo de vuestro ex-compañero de entrenos y amigo!!

    Jonathan R.

    ResponderEliminar
  11. Buenas noches, soy un joven deportista que necesita hacerte una entrevista para mi trabajo de recerca, te iría bien que quedásemos algun día?

    Tienes Facebook?

    ResponderEliminar